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Del galápago et del ximio

Texto reproducido de Calila e Dimna. Edición de Juan Manuel Cacho Blecua y María Jesús Lacarra, Madrid: Editorial Castalia, 1984.

CAPÍTULO VII. [Del galápago et del ximio]1Regularizamos m antes de p y b

Dixo el rey al filósofo: —Ya oí este enxemplo. Dame agora enxemplo del que alcança la cosa con grant trabajo et grant lazería,2“pena”, “sufrimiento” et desque3“desde que” la ha, desampárala et déxala perder.

Dixo el filósofo: —Más ligera cosa es recabdar la cosa que guardarla. Et quien esto faze acontescerle ha lo que acaesció al galápago, que quiso matar al ximio, et desque lo tovo en su poder, desamparólo.

Dixo el rey: —¿Et cómmo fue eso?

Dixo el filósofo: — que una compaña de ximios avía un rey que dezían que avía nombre Tadis. Et envegeció et enflaquesció, et alçóse en el reino otro ximio que era mancebo. Et dixo a los ximios: —Éste es ya muy viejo et non ay en él pro4“provecho” ninguna, et non puede mantener el regno nin es para ello. Echadlo del reino et fazed a mí reinar, ca5“porque, que” yo manterné6“mantendré” bien a vos et a vuestros pueblos.

Et los ximios acordáronse con él en esto, et echaron al viejo et fizieron reinar al mancebo. Et fuese el viejo a la ribera de la mar, et llegó a una figuera7“higuera; su fruto es el higo” que y8“allí” estava, et començó a coger de los figos, et caíansele de las manos uno en pos de otro. Así que un día acaesció que se le cayó un figo de la mano, et tomólo un galápago que ende9“por allí; significa también “por ello” estava, et comióselo. Et el ximio, commo es desvergonçado, ovo sabor de echarle los figos en el agua, et començó el galápago de comerlos, et non dubdava que el ximio gelos10“se los” echava a sabiendas. Et salió a él, et abraçáronse uno con otro, et estovieron amos11“ambos” desta guisa12“forma, manera” un tiempo, que el galápago non tornó a su compaña, nin otrosí13significa “también, además”; aquí tiene la significación de “tampoco” el ximio se partía dél.

Desí14“después” la muger del galápago fue15“estaba” muy triste por la tardança de su marido, et quexóse a una su comadre; et díxole la comadre: —Non te acuites,16“no te preocupes” que me dixeron que tu marido está en la ribera de la mar et que ha por amigo un ximio; et están ambos comiendo et solazándose. Et por esto tardó tanto que non veno,17“vino” et non te pese dello et olvídalo tú así commo él te olvida a ti. Pero si pudieres guisar18“preparar, pergeñar” cómmo mates al ximio, fazlo, ca si el ximio muere, luego se verná19“vendrá” tu marido para ti et fincará20“permanecerá, se quedará” contigo.

Et la muger del galápago estava triste et llorava, et non comía; et dexóse mal caer, atanto que enflaquesció de mala manera. Desí dixo el galápago al ximio: —Yo me quiero ir a mi casa et a mi compaña, que he mucho tardado et he morado aquí mucho.

Et fuese para su posada, et falló a su muger en mal estado, et díxole: —Hermana, ¿cómmo te va, et por qué eres tan desfecha?

Et ella non le recudió.21“respondió” Et desí preguntóle de cabo22“de nuevo” et respondióle su comadre por ella: —Tu muger está muy mal, et la melezina23“medicina” que le podría prestar24“aprovechar, ser útil” non la puede aver; et su enfermedad es muy grave, et non ha cosa más fuerte que la enfermedat et non aver melezina.

Et dixo el galápago: —Pues dime tú qué melezina es, et por aventura fallarla25“hallarla” he.

Et dixo la comadre: —Nos26“Nosotras” conoscemos esta enfermedat, et non ha otra melezina sinon coraçón de ximio.

Et dixo el galápago: —Esta es muy cara cosa de aver, et ¿dónde podría yo aver coraçón de ximio, si non fuese el coraçón de mi amigo? Et en fazer traición a mi amigo por amor de mi muger non he ninguna escusación, ca el debdo27“parentesco” qu’el omne ha con la muger es muy grande, et aprovéchase el omne della en muchas guisas. Et yo dévola más amar et non dexarla perder.

Desí madrugó et fuese allá con grant pesar. Et començó de pensar et dezir en su coraçón: —Querer matar los amigos por amor de una muger non es de las obras que a Dios plaze.

Et fuese con este ardid fasta que llegó al ximio et saludólo. Et dixo el ximio: —¿Qué te tovo de me non ver toda esta sazón?

Dixo el galápago: —Non se me tovo de te venir ver, con quanto deseo he de ti, sinon por vergüença de ti, que tan poco te gualardoné28“agradecí, galardoné” el bien que me feziste; ca, maguer que29“a pesar de que, aunque” yo sé que tú non quieres gualardón del bien que me feziste, téngome por adebdado30“adeudado” de te lo gualardonar; ca la tu costumbre es de los buenos, que fazen bien a sus amigos et que muestran en ello su bien fazer.

Dixo el ximio: —Non digas así, que tú as fecho amas estas cosas a mí; que tú començaste a fazer por que só31“estoy” adebdado de te lo gualardonar: lo uno porque tú veniste primeramente a demandarme amor; lo otro porque yo era estraño en esta tierra, et aseguraste et feziste grant gasajado32“agasajo” comigo33“conmigo” por que perdí cuita et cuidado.

Dixo el galápago: —Tress cosas son por que acaesce el amor entre los amigos: la una es fiarse unos de otros; la otra es commer en uno; la otra es conoscer sus parientes et su lugar. Et desto non ovo entre nos nada et querría que fuese.

Dixo el ximio al galápago: —El omne deve solamente trabajarse de aver algo por sí mesmo, que en conoscer la compaña del otro non le ha pro; ca el que juega en somo34“encima” del mástel35“mástil” cata36“mira” et vee muchas cosas más que los ojos non verían en los parientes. Otrosí del commer que dizes, las bestias se ayuntan a commer en los establos et a bever, et non han amor en uno. Otrosí ir ver las posadas, los ladrones se entran en las posadas et non han amor por ende.

Dixo el galápago: —Por buena fe dizes verdad, que el amigo non quiere ál37“otra cosa” de su amigo sinon su salud et su amor. Ca el que quiere amor de los omes por su pro con derecha nescesidat se avrá de enojar dellos, así commo el bezerro que, si acuita la vaca mamándola, fázele ella mal, et alo de ferir con su cuerno, et sangriéntalo. Et lo que yo dixe non lo dixe sinon por ser sabidor de tu bondad et de tus buenas costumbres; et más quiero que me vayas ver en mi posada, que es en una isla donde ay muchos frutales et muchos buenos árboles, et saben muy bien. Et rescibe mi ruego.

Et el ximio, en que oyó dezir de la fruta, ovo38“tuvo” sabor della, et prísole39“prendióle, le vino” grant cobdicia, et dixo: —¿Cómmo podré yo pasar esta mar tan grande?

Et dixo el galápago: —Cavalga sobre mi espinazo et levarte40“llevarte” he allá.

Et saltó él en somo del galápago, et nadó el galápago con él fasta que fue bien dentro. Et començó de pensar en su coraçón la traición et la desconocencía41“ingratitud” que quería fazer, et dixo: —Muy fea cosa es ésta, et non merescen las mugeres que por ellas sea fecha traición; ca deve omne fiar muy poco por ellas. Et dizen que el oro non se prueva sinon en el fuego, et la fieldad42“fidelidad”, “lealtad” del omne en dar et en tomar, et la fuerça de la bestia con la carga, et las mugeres non ay cosa por que se conoscan.

Et quando vio el ximio que el galápago se detenía, sospechó et dixo: —Non só seguro que el galápago non se ha mudado del amor et de la amistad que me avía, et quiéreme mal fazer. Ca non es ninguna cosa que más liviana nin más mudable sea que el coracón del omne. Et dizen que el omne entendido non se le encubre lo que tiene en su coraçón su compaña, et sus fijos, et sus amigos, en toda cosa et en toda catadura, et cada palabra, et al levantar et al asentar, et en cada estado; ca todas estas cosas testiguan43“atestiguan” lo que yaze en los coraçones.

Et començó a dezir al galápago: —Amigo, ¿qué has que estás triste, et qué te tiene de andar?

Dixo el galápago: —Estó triste porque irás a mi posada et non la fallarás así commo yo querría, ca mi muger está doliente.

Dixo el ximio: —Non estés triste, mas busca físicos44“médicos” para ella; ca guarescerá45‘curará” et sanará.

Dixo el galápago: —Dízenme los físicos que non ha otra melezina por que se pueda melezinar sinon coraçón de ximio.

Et pesó mucho al ximio desto, et pensó en sí diziendo: —¿Cómmo me ha metido la cobdicia en mal lugar, seyendo46“siendo” yo tan viejo? ¡O, qué tamaña verdad dixo el que dixo: —El que se tiene por pagado et por ahondado con lo que le viene bive salvo et seguro. Et el goloso cobdicioso siempre bive en cuita et en tristeza et en lazerío!; mas agora me es a mí menester mi seso47“sentido”, “entendimiento” et buscar carrera cómmo salga deste lazo en que caí.

Et dixo al galápago: —Amigo, deves saber que el leal amigo non deve encubrir a su amigo su buen castigo nin su pro, maguer que le faga dapño. Et si yo esto oviera sabido, traxiera comigo mi coraçón, ca lo dexé allá do estava, et diératelo por que melezinaras tu muger con él.

Et dixo el galápago: —¿Et non lo traes contigo? ¿Et cómmo lo dexaste allá?

Dixo el ximio: —Avemos por ley todos los ximios que, quando alguno sale de su posada, que dexe y su coraçón. Empero si tú quisieres, traértelo he yo del lugar do es,48“donde está” si me tornares allá.

Et fue alegre el galápago porque tan de grado le dava su coraçón, et tornóse con él a la ribera. Et saltó el ximio en tierra, et subióse luego en el árbol, et esperólo el galápago. Et quando vido que se tardava, llamólo et díxole: —Toma tu coraçón et vente para mí, ca mucho nos detardamos.49“demoramos”

Dixo el ximio: —Veo que cuidas que só tal commo el asno, que dezía el lobo cerval que non tenía coraçón nin orejas.

Et dixo el galápago: —¿Et cómmo fue eso?

El asno sin coracon y sin orejas

Et dixo el ximio: —Dizen que un león criava en un lugar, et estava en él un lobo que comía su relieve.50“residuos, sobras” Et ensarneció el león tanto, que fue muy flaco et muy atribulado, et non podía venar. Et dixo el lobo cerval: —Señor, tu estado es ya mudado et non puedes ya venar. Esto ¿por qué es?

Dixo el león: —Por esta sarna que vees, et non ha otra melezina sinon orejas et coracón de asno.

Dixo el lobo cerval: —Yo sé un lugar donde ay un asno de un curador51“cuidador o limpiador de paños” que trae sobre él los lienços a un plado52“prado” aquí cerca de nos. Et desque lo descarga, déxalo en el plado. Et fío por Dios que te lo traeré, et tomarás sus orejas et su coraçón.

Dixo el león: —Fazlo si pudieres, ca mi melezina et mi salud es eso.

Et fuese el lobo cerval, et llegó al asno et díxole: —¿De qué estás tan magro et de qué tienes estas mataduras en las cuestas?53“costillas”

Dixo el asno: —Este curador falso me lo faze, que se sirve de mí continuamente, et me mengua la cevada.

Dixo el lobo cerval: —Yo te enseñaré un lugar muy vicioso54“deleitoso, placentero” et muy apartado do nunca andovo omne; et ay unas asnas las más fermosas que nunca omne vido, et han menester maslos.55“machos”

Dixo el asno: —Pues vayamos allá, que si por ál yo non lo fiziese sinon por la cobdicia del tu amor, esto me faría allá ir contigo.

Et fuéronse amos al león, et saltó el león en el asno detrás por lo tener, et saliósele el asno de entre las manos et fuese, et tornóse a su lugar.

Dixo el lobo cerval al león: —Si a sabiendas dexaste el asno, ¿por qué me feziste trabajar en lo buscar? Et si la flaqueza te lo fizo dexar, que lo non pudiste tener, esto es aún peor.

Et sopo el león que, si dixese que a sabiendas lo dexara, que sería tenido por nescio, et si dixese que lo non pudiera tener, que lo ternían56“tendrían” por flaco et por cansado. Dixo al lobo: —Si me tú tornares acá al asno, dezirte he esto que me preguntas.

Dixo el lobo: —Tengo que el asno está escarmentado, et non querrá venir otra vez; empero iré a él de cabo, si lo pudiere engañar para lo traer acá.

Et fuese para el asno, et el asno, quando lo vido, et díxole: —¿Qué fue la traición que me quesiste fazer?

Dixo el lobo cerval: —Quísete bien fazer, et non fueste para ello. Et lo que saltó en ti non era sinon una de las asnas que te dixe; et commo vido asno non sopo en qué manera jugar contigo. Et si tú quedo estovieras un poco, diuso57“debajo” se te metiera.

Quando el asno oyó dezir de las asnas, moviósele su sabor, et fuese con el lobo cerval al león, et saltó el león en él, et prísolo et matólo. Desí dixo el león al lobo cerval: —Yo quiérome bañar. Desí comeré las orejas et el coracón, et de lo ál faré sacreficio, que así me dixeron los físicos. Pues guarda tú el asno; desí venirme he para ti.

Et después que se fue el león, tomó el lobo cerval las orejas et el coracón del asno, et comiólo a fuzia58“confianza” que, quando el león esto viese, que non comería nada de lo que fincava59“quedaba” porque lo ternía por agüero. Et desque fue tornado el león, díxole: —¿Dó es el coracón et las orejas del asno?

Dixo él: —¿Non entendiste tú que el asno non tenía coraçón nin orejas?

Dixo él: —Nunca mayor maravilla vi que esta que tú dizes.

Dixo el lobo cerval: —Señor, non te maravilles, mas piensa que, si el coraçón et las orejas oviera, non tornara a ti la segunda vez, aviéndole fecho lo que le feziste.

Et yo dixe este enxemplo por que sepas que non só yo tal, mas engañásteme con tu traición por me matar. Et estorcí60“me salvé” por mi seso de la locura en que era caído.

Dixo el galápago: —Verdad dizes, ca el sesudo es de poca palabra et de grant fecho, et conosce las obras antes que se meta a ellas, et estuerce de las cuitas por su seso et por su arte, así commo el omne que cae en tierra con su fuerça et con ella mesma se levanta.

Este es el enxemplo del omne que busca la cosa, et desque la ha recabdado,61“conseguido” dale de mano62‘la suelta” et déxala perder.