CAPÍTULO VIII. [Del religioso et del can et del culebro]
Dixo el rey al filósofo: —Yo oí este enxemplo et entendílo. Pues dame agora enxemplo del omne que faze las cosas sin alvedrío et sin pensamiento.
Dixo el filósofo: —El que non faze sus cosas de vagar1“despacio”, “lentamente” siempre se arrepiente, et esto semeja al enxemplo del religioso et del can et del culebro.
Dixo el rey: —¿Et cómmo fue eso?
Dixo el filósofo: —Dizen que en tierra de Jorgen avía un religioso et avía su muger. Et estovo ella que se non empreñó2“se preñó, no quedó embarazada” un tiempo; desí empreñóse, et fue su marido muy gozoso et díxole: —¡Alégrate, ca fío por Dios que parirás fijo varón, complido de sus miembros con que nos alegremos et de que nos aprovechemos! Et quiérole buscar ama que lo críe et buen nombre que le ponga.
Et dixo la muger —¿Quién te pone en fablar en lo que non sabes si será o non? Calla et sei pagado con lo que Dios te diere, que el omne entendido non asma3“piensa” las cosas non ciertas, nin judga las aventuras; ca el querer et el asmar en solo Dios es. Et sepas que quien quiere contrastar las aventuras, et judgar las cosas antes que sean, acaescerle ha lo que acaesció al religioso que vertió la miel et la manteca sobre su cabeça.
Dixo el marido: —¿Cómmo fue eso?
El sueño del religioso
Dixo la muger —Dizen que un religioso avía cada día limosna de casa de un mercador rico: pan et miel et manteca et otras cosas de comer. Et comía el pan et los otros comeres,4“comida” et guardava la miel et la manteca en una jarra. Et colgóla a la cabecera de su cama, tanto que se finchó5“hinchó” la jarra. Et acaesció que encaresció la miel et la manteca. Et estando una vegada6“vez” asentado en su cama, començó a fablar entre sí, et dixo así: —Venderé lo que está en esta jarra por tantos maravedís, et compraré por ellos diez cabras, et empreñarse an, et parirán a cabo de cinco meses.
Et fizo cuenta desta guisa, et falló que fasta cinco años montavan bien quatrocientas cabras. Desí dixo: —Venderlas he, et compraré por lo que valieren cient vacas, por cada quatro cabras una vaca; et avré simiente et sembraré con los bueyes, et aprovecharme he de los bezerros et de las fembras et de la leche. Et antes de los cinco años pasados avré dellas et de la leche et de la criança algo grande. Et labraré muy nobles casas, et compraré esclavos et esclavas. Et esto fecho, casarme he con una muger muy fermosa, et de grant linaje et noble; et empreñarse a de un fijo varón complido de sus miembros; et ponerle he muy buen nombre, et enseñarle he buenas costumbres, et castigarlo7“adiestrarlo convenientemente” he de los castigos de los reyes et de los sabios. Et si el castigo et el enseñamiento non rescibiere, ferirlo he con esta vara que tengo en la mano muy mal.
Et alçó la mano et la vara, en diziendo esto, et dio con ella en la jarra que tenía a la cabecera de la cama, et quebróse, et derramóse la miel et la manteca sobre su cabeça.
Et tú, omne bueno, non quieras fablar nin asmar lo que non sabes qué será.
Desí parió la muger un fijo, et fueron muy gozosos con él. Et acaesció un día que se fue la madre a recabdar lo que avía menester, et dixo al marido:
—Guarda tu fijo fasta que yo torne.
Et fuese ella et estovo él y un poco, et antojósele de ir a alguna cosa que ovo menester que non podía escusar, et fuese dende et non dexó quien guardase el niño sinon un can que avía criado en su casa. Et el can guardólo quanto pudo, ca era bien nodrido.8“educado”, “acostumbrado” Et avía en la casa una cueva de un culebro muy grande negro. Et salió et veno9“vino” para matar al niño; et el can, quando lo vido, saltó en él et matólo et ensangrentóse todo dél. Et tornóse el religioso de su mandado, et en llegando a la puerta, saliólo a rescebir el can con grant gozo, mostrándole lo que fiziera. Et él, quando vido el can todo ensangrentado, non dubdó que avía muerto al niño, et non se sufrió fasta que lo viese, et dio tal golpe al can fasta que lo mató et lo aquedó,10“dejó sin sentido” et non lo deviera fazer.
Et después entró, et falló al niño bivo et sano et al culebro muerto et despedaçado, et entendió que lo avía muerto el can. Començóse a mesar,11“arrancar los cabellos” et a llorar, et a carpirse,12“lacerarse”, “arañarse” et a dezir: —¡Mandase Dios que este niño non fuese nascido, et yo non oviese fecho este pecado et esta traición!
Et estando en esto entró su muger et fallólo llorando. Et díxole: —¿Por qué lloras? ¿Et qué es este culebro que veo despedaçado et este can muerto?
Et él fízogelo saber todo cómmo acaesciera, et díxole la muger: —Este es el fruto del apresuramiento, et del que non comide13“medita” la cosa antes que la faga, et que sea bien cierto della: arrepentirse quando non le tiene pro.