EXEMPLO XXIX. De lo que contesció a un raposo que se echó en la calle et se fizo muerto
Otra vez fablava el conde Lucanor con Patronio, su consegero, et díxole así:
—Patronio, un mío pariente bive en una tierra do non ha tanto poder que pueda estrañar1evitar, alejar quantas escatimas2insultos, afrentas le fazen, et los que han poder en la tierra quer[r]ían muy de grado que fiziesse él alguna cosa porque oviessen achaque para seer contra él. Et aquel mío pariente tiene quel es muy grave cosa de soffrir aquellas terrerías3amenazas quel fazen, et quer[r]ía aventurarlo todo ante que soffrir tanto pesar de cada día. Et porque yo quer[r]ía que él acertasse en lo mejor, ruégovos que me digades en qué manera lo conseje porque passe lo mejor que pudiere en aquella tierra.
—Señor conde Lucanor—dixo Patronio—, para que vós le podades conseiar en esto, plazerme ýa que sopiéssedes lo que contesció una vez a un raposo que se fezo4hizo muerto.
El conde le preguntó cómmo fuera aquello.
—Señor conde—dixo Patronio—, un raposo entró una noche en un corral do avía gallinas; et andando en roýdo con5entretenido con, alborotado con las gallinas, quando él cuydó que se podría yr, era ya de día et las gentes andavan ya todos por las calles. Et desque él vio que non se podía asconder, salió escondidamente a la calle, et tendiósse assí commo si fuesse muerto.
Quando las gentes lo vieron, cuydaron que era muerto, et non cató ninguno por él.
A cabo de una pieça passó por ý un omne, et dixo que los cabellos de la fruente del raposo que eran buenos para poner en la fruente de los moços pequeños6niños porque non le[s] aoien.7hacer el ‘mal de ojo’ Et trasquiló con unas tiseras8tijeras de los cabellos de la fruente del raposo.
Después vino otro, et dixo esso mismo de los cabellos del lomo; et otro, de la yjadas. Et tantos dixieron esto fasta que lo trasquilaron todo. Et por todo esto, nunca se movió el raposo, porque entendía que aquellos cabellos non le fazían daño en los perder.
Después vino otro et dixo que la uña del polgar del raposo que era buena para guarescer de los panarizos;9panadizos = inflamación o tumor en las puntas de los dedos et sacógela. Et el raposo non se movió.
Et después vino otro que dixo que el diente del raposo era bueno para el dolor de los dientes; et sacógelo. Et el raposo non se movió.
Et después, a cabo de otra pieca, vino otro que dixo que el coraçón era bueno paral dolor del coraçón, et metió mano a un cochiello10cuchillo para sacarle el coraçón. Et el raposo vio quel querían sacar el coraçón et que si gelo sacassen, non era cosa que se pudiesse cobrar, et que la vida era perdida, et tovo que era meior de se aventurar a quequier11cualquier cosa quel pudiesse venir, que soffrir cosa porque se perdiesse todo. Et aventuróse et puñó12luchó en guarescer13salvarse et escapó muy bien.
Et vós, señor conde, conseiad a aquel vuestro pariente que si Dios le echó en tierra do non puede estrañar lo quel fazen commo él querría o commo le cumplía, que en quanto las cosas quel fizieren fueren atales que se puedan soffrir sin grand daño et si[n] grand mengua, que dé a entender que se non siente dello et que les dé passada;14tolere ca en quanto da omne a entender que se non tiene por maltrecho de lo que contra él an fecho, non está tan envergonçado; mas desque da a entender que se tiene por maltrecho de lo que ha recebido, si dende adelante non faze todo lo que deve por non fincar menguado, non está tan bien commo ante. Et por ende, a las cosas passaderas, pues non se pueden estrañar commo deven, es mejor de les dar passada, mas si llegare el fecho a alguna cosa que sea grand daño o grand mengua, entonce se aventure et non le sufra, ca mejor es la pérdida o la muerte, defendiendo omne su derecho et su onra et su estado, que bevir passando en estas cosas mal [et] desonradamente.
El conde tovo éste por buen conseio.
Et don Iohan fizólo escrivir en este libro et fizo estos viessos que dizen assí:
Sufre las cosas en quanto divieres,
estraña las otras en quanto pudieres.