Vn omne de Arabia, estando a la muerte, llamó a su fijo e dixole: «¿Quántos amigos tienes? E el fijo rrespondió e dixo: «Segund creo, tengo çiento.» E dixo el padre: «cata que el philosopho dixo: non alabes al amigo fasta que lo ayas prouado. E yo primero nascí que tú e apenas pude ganar la meytad de vn amigo, e pues assí es, ¿cómo tú ganaste çiento? Ve agora e pruéualos. todos, porque conoscas sy alguno de todos ellos te hes acabado amigo».· E dixo el fijo: «¿Cómo me consejas que lo faga?» Dixo el padre: «Toma vn bezerro e mátalo e fázelo pieças e mételo en vn saco en manera que de fuera paresca sangre, e quando fueres a tu amigo, dile assy: amigo muy amado, trago aquí vn omne que maté, rruégote que lo entierres secretamente en tu casa, que ninguno non averá sospecha de ty e assy me podrás saluar».
El fijo lo fiz como le mandó el padre. El primero amigo a que fue dixole. «Lieua tu muerto a cuestas; e como feziste el mal, párate a la pena, En mi casa non entrarás.» E assy fue por todos los otros amjgos e todos le dieron aquella misma rrespuesta. E tornósse para su padre o díxole lo que feziera e dixo el padre: «A ti acaesçió segund dixo el philósofo: muchos son llamados amigos e al tiempo de la nescesidad e de la priessa son pocos. E ve agora al mi medio amigo e verás lo quo te dirá.»
E fué a él e dixole: «Entra acá en mi casa, porque los vecinos non entiendan este secrete.» E enbió luego a la mugier con toda su compaña fuere de casa e cauó vna sepultura. E quando el mançebo vio lo que avía fecho e la buena voluntad de aquel medio amigo de su padre, descobrióle el negoçio como era, dándole muchas gracias. E dende tornóse a su padre e contóle lo que le feziera. E díxole el padre: «Por tal amigo dize el philósofo: aquél es verdadero amigo, que te ayuda quando el mundo te fallece.