«Señora—diz la vieja—yo l’ veo a menudo: (est. 1485)
el cuerpo á bien largo, mienbros grandes, trefudo,1musculoso
la cabeça non chica, velloso, pescoçudo,
el cuello non muy luengo, cabelprieto,2de pelo negro orejudo,
las cejas apartadas, prietas3negras como carbón,
el su andar enfiesto,4enhiesto, erguido bien como de pavón,
el paso sosegado e de buena razón;5proporcionado
la su nariz es luenga: esto le desconpón;6le descompone [la proporción del rostro]; la nariz larga significaba potencia sexual para unos, inestabilidad para otros y signo de inteligencia para Alberto Magno.
las encías bermejas e la fabla tunbal,7grave
la boca non pequeña, labros al comunal,8regulares
más gordos que delgados, bermejos como coral,
las espaldas bien grandes, las muñecas atal.
Los ojos á pequeños, es un poquillo baço;9moreno
los pechos delanteros,10salientes bien trefudo el braço,11bien musculoso el brazo
bien conplidas las piernas; el pie, chico pedaço:
señora, d’él non vi más, por su amor vos abraço.
Es ligero, valiente, bien mancebo de días,12joven
sabe los instrumentos e todas juglerías,
doñeador13cortejador alegre, ¡par las çapatas mías!:14fórmula de juramento usada por todas las clases sociales
tal omne como éste no es en todas erías».15en todas partes