El Libro de Apolonio es un poema medieval escrito hacia mediados del siglo xiii correspondiente al Mester de clerecía Así pues, la obra está compuesta por estrofas en cuaderna vía de versos alejandrinos, es decir, de catorce sílabas repartidas en dos hemistiquios con una cesura o pausa entre ambos y con rima consonante uniforme. Respecto al autor, se desconoce su identidad, aunque se observan rasgos lingüísticos aragoneses por lo que se deduce que el escritor o copista era originario de esta región. Por otro lado, el manuscrito original del Libro de Apolonio se conserva junto a la Vida de Santa María Egipciaca y el Libro de la infancia y muerte de Jesús en la Real Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Además, el tema de la historia de Apolonio ya era una trama recurrente en la [literatura medieval] que junto a la influencia de obras grecolatinas como La Eneida dan lugar a un escrito con un propósito moralizante según los valores cristianos. Por ello, se observa en el desarrollo de acontecimientos a lo largo de la obra, una distinción entre las acciones buenas, que son recompensadas, de las malas, que conllevan un castigo por parte de Dios. La narración se basa en la vida de Apolonio que tras sufrir una deshonra, decide avergonzado, embarcarse en una serie de aventuras. En ellas visita varias ciudades y va estableciendo relaciones personales que le llevan a formar su propia familia. A pesar de ello, su momento de felicidad es efímero, puesto que termina perdiendo a Luciana, su esposa y a Tarsiana, su hija, tras una sucesión de tragedias. A continuación, Apolonio inicia un viaje de redención ya que este considera que todas sus desdichas son producto de los pecados que sopesa haber cometido en un pasado. Más adelante, se producen los dos reencuentros principales de la obra: el primero de ellos, el de Apolonio y su hija y, posterior a este, el del protagonista con su esposa a la que daba por muerta. Finalmente, regresa a su ciudad natal acompañado de su familia, y allí transcurren de forma tranquila los últimos años de su vida.
Cabe destacar que el final feliz del Libro de Apolonio, se encuentra estrechamente relacionado con el motivo religioso, proponiendo la siguiente moraleja: aquel que se mantiene en su fe cristiana, es finalmente bien recompensado. Esto se ejemplifica con el personaje del rey Apolonio que pese a las desgracias sufridas no abandona el camino de Dios.
Frente a las fuentes latinas del texto, se puede considerar el texto como una fuente de originalidad relevante en el contexto de la Edad Media. El autor reinterpreta los elementos del texto, pero no llega a eliminarlos. En cambio, los dota de sentido desde la doctrina cristiana. El mar y la música, por ejemplo, se ven ahora con una carga mayor de ideología cristiana. Desde el comienzo, como en los Milagros de Nuestra Señora de Gonzalo de Berceo, se expone la unidad cristiana que envuelve todo el relato. Pero no solo se reinterpretan estos elementos, sino también el propio protagonista Apolonio. Donde en las otras fuentes y manuscritos encontramos un héroe con el ideal clásico de héroe militar, en este Libro se nos muestra un Apolonio más humanizado, que se guía por la compasión y preocupación por los problemas de los demás. Otra distinción importante con respecto a otros compositores anteriores (latinos) es el estilo. El Libro adopta un estilo directo que no se encuentra en las versiones anteriores y que permite describir con mayor efecto los episodios, que pretenden mostrar encuentros que puedan sorprender al oyente-lector. Esto se relaciona también con la tradición juglaresca que hereda el autor. Se apoya en recursos juglarescos, como las apelaciones al oyente-lector, para permitir mayor fluidez y entendimiento del oyente-lector.
Para esta introducción se ha consultado el texto de Wikipedia