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Pentápolis, juego de la pelota (estrofas144-161)

PENTAPOLIS. Juego de la pelota. El rey Architrastres juega con Apolonio y le
invita a comer.]

Aún por venir era la ora de yantar,1almorzar
salliénse los donzelles fuera a deportar;
comenzaron luego la pellota jugar,
que solían ha esse tiempo esse juego jugar.

Metióse Apolonio, maguer mal adobado,
con ellos al trebeio,2a la bulla, al juego su manto afiblado.3abrochado
Abinié4tenía éxito en en el juego, fazié tan aguisado
como si fúesse de pequenyo hí5allí criado.

Fazíala yr derecha quando le dava del palo;
quando la recibié nol’ sallía de la mano;
era en el depuerto6deporte sabidor e liviano.
Entendrié quien se quiere7cualquiera notaría que non era villano.

El rey Architartres, cuerpo de buenas manyas,
salliése ha deportar con sus buenas companyas.
Todos trayén consigo sus vergas e sus canyas,
eguales e bien fechas, derechas e estranyas.8extrañas

Tovo mientes ha todos, cada huno cómo jugava,
cómo ferié la pella9cómo daba la bola o cómmo la recobrava;
vio en la rota,10rotación, turno de la partida que espessa11concurrida andava,
que toda la meioría12la ventaja el pobre la levava.

Del su continiente ovo grant pagamiento,
porque toda su cosa levava con buen tiento.
Semeiól’ omne bueno, de buen entendimiento;
de deportar con éll tomó grant taliento.

Mandó posar los otros, quedar toda la rota;
mandó que les dexassen a amos la pellota.
El capdiello13caudillo de Tiro, con su mesquindat toda,
bien se alimpiava14limpiaba los oios de la gota.15gotas del sudor o lágrimas de emoción por su suerte en el juego, a pesar de su desgracia

Ovo grant pagamiento Architrastes del juego;
que grant omne era entendiógelo luego.
Dixo al pelegrino: —«Amigo, yo te ruego
que yantes hoy comigo, non busques otro fuego».

Non quiso Apolonio atorgar16otorgar, acceder al el pedido,
ca non dixo nada, de vergüença perdido.
Todos lo combidavan, maguer mal vestido,
ca bien entendién todos dónde era estorcido.17afligido

Vino, en este comedio, la hora de yantar;
ovo en la villa el rey a entrar.
Derramaron18se dispersaron todos, cada huno por su lugar;
los hunos a los otros non se querién esperar.

Apolonio de miedo de la corte enojar,
que19porque non tenié vestido ni adobo20atuendo de prestar,21de valía
non quiso de vergüença al palacio entrar.
Tornóse22apartóse de la puerta, comenzó de llorar.

El rey non tovo mientes fasta que fue entrado;
luego lo vio menos23lo echó de menos quanto24en cuanto fue assentado.
Llamó a un escudero, que era su privado,
preguntol’ por tal omne que dó era parado.

Salló ell escudero fuera, vio cómo seýa,
tornó al Rey e dixo que vergüença avía,
ca peligró en la mar, perdió quanto traýa,
con mengua de vestido entrar non s’ en trevía.25se atrevía

Mandól’ el Rey vestir, luego, de panyos honrrados,
los meiores que fueron en su casa trabados;
mandó que lo metiessen suso26arriba a los sobrados,27plataforma sobre la que se hallaba la mesa del rey
do los otros donzelles estavan asentados.

Dixo el rey: —«Amigo, tú escoie tu logar,
tú sabes tu fazienda, con quién deves posar;
tú cata tu mesura28considera to dignidad como deves catar,
ca non te connyoscemos, e podriemos errar».

Apolonio non quiso con ninguno posar,29la rima exigiría ‘yazer’
mandósse, en su cabo,30a su lado hun escanyo poner,
de derecho31del lado del rey non se quiso toller.32apartar
Mandól’ luego el rey quel’ diessen a comer.

Todos por el palacio comién a grant poder,[copiosamente[/mfn]
andavan los servientes cada huno con su mester.
Non podié Apolonio las lágrimas tener,33retener
los conduchos34alimentos quel’ davan non los podié prender.35tomar, comer

Entendiólo el rey, comencóle de fablar:
«Amigo, diz, mal fazes, non te deviés quexar,
sol’ que tú quisieres la cara alegrar
Dios te daría conseio, non se podrié tardar».