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Maimónides

Moisés ben Maimón, más conocido como Maimónides (Córdoba, al-Ándalus, Imperio almorávide, 30 de marzo de 1138–El Cairo, Egipto ayubí, 12 de diciembre de 1204), fue un judío sefardí considerado uno de los mayores estudiosos de la Torá en época medieval. Conocido en el judaísmo, y por tanto en hebreo, por el acrónimo Rambam, ejerció de médico, filósofo, astrónomo y rabino en al-Ándalus, Marruecos y Egipto.

La mayoría de judíos estaban familiarizados con los escritos de Maimónides sobre ley y ética mientras vivió, y llegaron a ser recibidos con elogio y gratitud en lugares tan lejanos como Irak y Yemen. Además, Maimónides se convirtió en el líder de la comunidad judía en Egipto durante el gobierno del sultán Saladino y, de forma póstuma, fue reconocido como uno de los filósofos rabínicos más relevantes en la historia judaica, siendo sus amplias obras pieza angular de cualquier escuela talmúdica. Este es el caso de su Mishné Torá, que actualmente se mantiene como un referente en autoridad canónica y leyes judaicas, recogiendo también la tradición oral.

Más allá de aparecer en obras históricas judías, Maimónides también figura en textos islámicos referentes a ciencia y se le menciona en gran medida en múltiples investigaciones y estudios. Influenciado por Al-Farabi, Avicena y su contemporáneo Averroes, él mismo se convirtió en un referente para filósofos y científicos musulmanes.

Córdoba:

Maimónides nació en Córdoba al final de la denominada edad de oro de la cultura judía en al-Ándalus, en el seno de una distinguida familia por vía paterna, de jueces rabínicos, estudiosos y dirigentes comunitarios, documentada desde el siglo X y que pretendía descender del rabí Yehudá Hanasí, de la segunda mitad del siglo II, redactor de la Mishná. Su familia materna, por el contrario, era de humilde condición; su madre, que murió al darle a luz, era la hija de un carnicero; y su padre se volvió a casar.

Inició ya de pequeño sus estudios bíblicos y talmúdicos en la ciudad de Córdoba, además de filosofía y ciencia, especialmente los autores clásicos griegos de manos de traducciones árabes, y se interesó intensamente en el aprendizaje de la ciencia de la cultura islámica. Maimónides negaba el misticismo, a pesar de que se puede apreciar algún tipo de misticismo en su filosofía. Declaraba que la poesía no era útil al ser humano, ya que estaba sacada del imaginario. Maimónides estudió la Torá gracias a la educación de su padre Maimón, quien a su vez fue alumno del rabino formado en Lucena Joseph ibn Migash.

Exilio:

El Califato almohade conquistó Córdoba en 1148 y terminó con todos los privilegios de los dhimmis, todos aquellos que no eran musulmanes y que gozaban de protección gracias al pago de la yizia. La pérdida de dichos derechos derivó en la conversión de las comunidades judías y cristianas al Islam, a su exilio o pena de muerte. Muchos judíos fueron acusados de falsos conversos, por lo que se les obligó a llevar vestimenta distintiva para tenerlos bajo escrutinio continuo.

La familia de Maimónides, como la mayoría de los judíos, eligieron el exilio. Algunos historiadores declaran que Maimónides fingió una falsa conversión mientras escapaba, y que fue invalidada una vez que salió a la luz en Egipto. La siguiente década, Maimónides pasó del sur de la actual España hasta instalarse en Fez, hoy Marruecos. Allí residió durante solo cinco años, debido a la intolerancia almohade que les obligó a exiliarse. En esta época publicó su aclamado comentario de la Mishná, entre los años 1166-68.

Tras los años de exilio en Fez, viajó con dos hijos en barco desde Marruecos hasta Acre, que estaba dominada por los cruzados del Reino de Jerusalén y viajó por las ciudades santas de Hebrón y Jerusalén. Además, durante este viaje visitó el Monte del Templo, en cuyo día fue considerado por él y sus descendientes como sagrado.

Egipto:

Finalmente, tras una breve estancia en Alejandría, se asentó en 1168 en El Cairo, capital del Califato fatimí, y continuó sus estudios en un yeshivá adosado a una pequeña sinagoga que actualmente lleva su nombre. Aun habiendo sido exiliado de al-Ándalus y viviendo en Egipto, Maimónides insistía en calificarse a sí mismo de «sefardí»

Trece principios de la fe.

En su Comentario de la Mishná (Tratado Sanedrín, capítulo 10), Maimónides formula sus “trece principios de la fe”. Resume todos los preceptos que él veía necesarios para ser un buen judío.

  1. La existencia de Dios.
  2. La unicidad e indivisibilidad de Dios.
  3. La espiritualidad de Dios y su incorporeidad.
  4. La eternidad de Dios.
  5. Solo Dios debe ser el objeto de culto.
  6. Revelación de Dios a través de los profetas.
  7. La preeminencia de Moisés entre los profetas.
  8. La Torá fue entregada a Moisés en el monte Sinaí.
  9. La inmutabilidad de la Torá como la Ley de Dios.
  10. La consciencia de Dios sobre las acciones humanas.
  11. La recompensa de las buenas acciones y el castigo del mal.
  12. La venida del Mesías judaico.
  13. La resurrección de los muertos.

A pesar de que existen varias teorías, estos principios podrían ser el origen de la expresión “seguir en sus trece”, que la Santa Inquisición expresaba cuando juzgaba judíos que continuaban clandestinamente practicando su religión tras la expulsión en 1492.

Fuente de esta introducción: Wikipedia