Fonte-frida, fonte-frida,
fonte-frida y con amor,
do todas las avecicas
van tomar consolación,
sino es la tortolica
que está viuda y con dolor.
Por allí fuera a pasar
el traidor del ruiseñor;
las palabras que le dice
llenas son de traición:
—Si tú quisieres, señora,
yo sería tu servidor.
—Vete de ahí, enemigo,
malo, falso, engañador,
que ni poso en ramo verde,
ni en prado que tenga flor;
que si el agua hallo clara,
turbia la bebiera yo;
que no quiero haber marido,
porque hijos no haya, no;
no quiero placer con ellos,
ni menos consolación.
¡Déjame, triste enemigo,
malo, falso, mal traidor;
que no quiero ser tu amiga
ni casar contigo, no!