XX: Dize el patriarca
Yo nunca pensé venir a tal punto,
nin estar en dança tan syn piadad;1piedad
ya me van privando, segunt que barrunto,2conjeturo
de beneficios e de dignidad.
¡Oh omne mesquino, que en gran ceguedad,
andove en el mundo, non parando mientes
cómo la muerte con sus duros dientes
roba a todo omne de qualquier hedad!
XXI: Dize la muerte
Señor patriarcas,3La s no indica plural, sino probable analogía con otros nombres propios tales como Barrabás, Nicolás, etc. yo nunca robé
en alguna parte cosa que non deva;
de matar a todos costumbre lo he;
de escapar alguno de mí non se atreva.
Esto vos ganó vuestra madre Eva,
por querer gostar fructa devedada.4prohibida
Poned en recabdo5recaudo vuestra cruz dorada;
sýgase con vos el duque, antes que más beva.
XXII: Dize el duque
¡O qué malas nuevas son éstas syn falla,6in duda
que agora me trahen, que vaya a tal juego!
Yo tenía pensado de fazer batalla;
espérame un poco, muerte, yo te ruego.
Sy non te detienes, miedo he que luego
me prendas o me mates. Abré de dexar
todos mis deleytes, ca non puedo estar7puedo evitar
que mi alma escape de aquel otro fuego.
XXIII: Dize la muerte
Duque poderoso, ardit8audaz e baliente,
non es ya tiempo de dar dilaciones.
Andad en la dança con buen continente;9semblante
dexad a los otros vuestras guarniciones.
Jamás non podredes cebar los alcones,
hordenar las justas nin fazer torneos;
aquí abrán fyn los vuestros deseos.
Venit, arçobispo, dexat los sermones.
XXIV: Dize el arçobispo
Ay muerte cruel, ¿qué te merescí
o por qué me llievas tan arrebatado?
Viviendo en deleytes nunca te temí;
fiando en la vida quedé engañado.
Mas sy yo bien rijera10hubiera regido mi arzobispado,
de ty non oviera tan fuerte temor;
mas syempre del mundo fuy amador;
bien sé que el infierno tengo aparejado.
XXV: Dize la muerte
Señor arçobispo, pues tan mal registres
vuestros subdíctos e clerezía,
gostad amargura por lo que comistes,
manjares diversos con grand golosýa.
Estar non podredes en Santa María
con palio romano en pontifical.
Venit a mi dança, pues soes mortal.
Pase el condestable por otra tal vía.
XXVI: Dize el condestable
Yo vý muchas danças de lindas11nobles donzellas,
de dueñas fermosas de alto linaje;
mas, segunt me paresce, no es ésta dellas,
ca el thañedor trahe feo visaje.
Venid, camarero, dezid a mi paje
que tráyga el cavallo, que quiero fuýr,
que ésta es la dança que dizen morir;
sy della escapo, thener me han por saje.
XXVII: Dize la muerte
Fuýr non conviene al que ha de estar quedo.
Estad,12detente condestable, dexat el cavallo;
andad en la dança alegre, muy ledo,
syn fazer ruýdo, ca yo bien me callo.
Mas verdad vos digo que al cantar del gallo
seredes tornado de otra figura;
allí perderedes vuestra fermosura.
Venit vos, obispo, a ser mi vasallo.
XXVIII: Dize el obispo
Mys manos aprieto, de mis ojos lloro,
¿por qué soi venido a tanta tristura?
Yo era abastado de plata y de oro,
de nobles palacios e mucha folgura.
Agora la muerte con su mano dura
tráheme en su dança medrosa sobejo.13muy medrosa
Parientes, amigos, ponedme consejo,14equivale a “dar consejo”
que pueda salir de tal angostura.
XXIX: Dize la muerte
Obispo sagrado,15consagrado que fuestes pastor
de ánimas muchas, por vuestro pecado
a juýzio yredes ante el redenptor
e daredes cuenta de vuestro obispado.
Syempre anduvistes de gentes cargado
en corte de rey e fuera de yglesia;
mas yo sorziré la vuestra pelleja.16daré latigazos sobre vuestro pellejo
Venit, cavallero, que estades armado.