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Coplas que hizo don Jorge Manrique a la muerte del maestre de Santiago, don Rodrigo su padre

1

Recuerde1despierte el alma dormida,
avive el seso y despierte,
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuan presto2pronto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera3cualquier tiempo pasado
fue mejor.

2

Y pues vemos lo presente
cómo en un punto se es ido
y acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por pasado.
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera,
más que duró lo que vio,
porque todo ha de pasar
por tal manera.

3

Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar
que es el morir:
allí van los señoríos
derechos a se acabar4acabarse
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros, medianos
y más chicos,
allegados son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.

4

Dejo las invocaciones
de los famosos poetas
y oradores;
no curo de sus ficciones,
que traen yerbas secretas5venenosas
sus sabores.
A Aquél solo me encomiendo,
Aquél solo invoco yo,
de verdad,
que en este mundo viviendo
el mundo no conoció
su deidad.

5

Este mundo es el camino
para el otro, que es morada
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar.
Partimos cuando nacemos,
andamos mientras vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenecemos;
así que, cuando morimos,
descansamos.

6

Este mundo bueno fue
si bien usáremos de él
como debemos,
porque, según nuestra fe,
es para ganar aquél
que atendemos.6que esperamos
Y aun el hijo de Dios,
para subirnos al cielo,
descendió
a nacer acá entre nos7nosotros
y vivir en este suelo
do murió.

7

Ved de cuan poco valor
son las cosas tras que andamos
y corremos,
que, en este mundo traidor,
aun primero que muramos
las perdemos:
de ellas deshace la edad,
de ellas casos desastrados
que acaecen,
de ellas, por su calidad,
en los más altos estados
desfallecen.

8

Decidme, la hermosura,
la gentil frescura y tez
de la cara,
la color y la blancura
cuando viene la vejez,
¿cuál se para?
Las mañas y ligereza
y la fuerza corporal
de juventud,
todo se torna graveza8pesadez, molestia
cuando llega al arrabal
de senectud.

9

Pues la sangre de los godos,
el linaje y la nobleza
tan crecida,
¡por cuántas vías y modos
se sume su gran alteza
en esta vida!:
unos, por poco valer,
por cuan bajos y abatidos
que los tienen;
otros que, por no tener,
con oficios no debidos
se mantienen.

10

Los estados y riqueza
que nos dejan a deshora
¿quién lo duda?
No les pidamos firmeza,
pues que son de una señora
que se muda;9Se refiere a la Fortuna, generalmente representada con una rueda con la que cambia el destino de los bienes y de los hombres.
que bienes son de Fortuna
que revuelve con su rueda
presurosa,
la cual no puede ser una,
ni estar estable ni queda
en una cosa.

11

Pero digo que acompañen
y lleguen hasta la huesa10fosa
con su dueño:
por eso no nos engañen,
pues se va la vida apriesa11aprisa
como sueño.
Y los deleites de acá
son, en que nos deleitamos,
temporales,
y los tormentos de allá,
que por ellos esperamos,
eternales.

12

Los placeres y dulzores
de esta vida trabajada
que tenemos,
¿qué son sino corredores12soldados que se envían para descubrir, reconocer y explorar la campaña
y la muerte, la celada
en que caemos?
No mirando a nuestro daño,
corremos a rienda suelta
sin parar;
desque13después vemos el engaño
y queremos dar la vuelta,
no hay lugar.

13

Si fuese en nuestro poder
tornar la cara hermosa
corporal,
como podemos hacer
el ánima gloriosa
angelical,
¡qué diligencia tan viva
tuviéramos toda hora,
y tan presta,
en componer14ataviar la cativa,15sierva
dejándonos la señora
descompuesta!16mal aliñada

14

Esos reyes poderosos
que vemos por escrituras
ya pasadas,
con casos tristes, llorosos,
fueron sus buenas venturas
trastornadas.
Así que no hay cosa fuerte,
que a papas y emperadores
y perlados,17prelados
así los trata la muerte
como a los pobres pastores
de ganados.

15

Dejemos a los troyanos
que sus males no los vimos
ni sus glorias;
dejemos a los romanos,
aunque oímos y leímos
sus historias.
No curemos18no nos ocupemos de saber
lo de aquel siglo pasado
qué fue de ello;
vengamos a lo de ayer,
que también es olvidado
como aquello.

16

¿Qué se hizo el rey don Juan?19Se refiere a Juan II de Castilla, en cuyo reinado se impusieron los protocolos sociales de la cortesía.
Los infantes de Aragón,20Son los hijos de don Fernando el de Antequera, rey de Aragón, que compartieron con Juan II la turbulenta época de cambios sociales y artísticos en las que también vivió don Rodrigo Manrique.
¿qué se hicieron?
¿Qué fue de tanto galán?
¿Qué fue de tanta invención21innovación, palabra clave de una época de grandes transformaciones culturales.
como trujieron?22trajeron
Las justas y los torneos,
paramentos,23adornos con los que se cubrían los caballos bordaduras
y cimeras,24ornamento en la parte superior del morrión, como penachos con plumas y representaciones simbólicas de divisas
¿fueron sino devaneos?
¿Qué fueron sino verduras
de las eras?25El sentido literal se refiere a “cuadros de hortaliza”, pero podría también remitir a una imagen de origen bíblico; según el crítico R. Sánchez Ferlosio, se refiere al “brote espontáneo de los escasos granos de cereal que, tras el levantamiento de la parva, han quedado adheridos a la tierra y que una tormenta de agosto ha hecho germinar, pero que, por lo avanzado de la estación, jamás llegarán a hacer espiga ni a engranar, y morirán, por tanto, sin dar fruto, sin posteridad alguna”.

17

¿Qué se hicieron las damas,
sus tocados, sus vestidos,
sus olores?26perfumes
¿Qué se hicieron las llamas
de los fuegos encendidos
de amadores?
¿Qué se hizo aquel trovar,
las músicas acordadas
que tañían?
¿Qué se hizo aquel danzar,
aquellas ropas chapadas27ropas bordadas, o chapadas, en oro
que traían?

18

Pues el otro, su heredero,
don Enrique,28Enrique IV (1424-1474), hijo y heredero de Juan II. ¡qué poderes
alcanzaba!,
¡cuan blando, cuan halaguero29halagüeño
el mundo con sus placeres
se le daba!
Mas veréis, ¡cuán enemigo,
cuan contrario, cuán cruel
se le mostró!;
habiéndole sido amigo,
¡cuán poco duró con él
lo que le dio!

19

Las dádivas desmedidas,
los edificios reales
llenos de oro,
las vajillas tan febridas,30labradas
los enriques31moneda de oro que hizo acuñar Enrique IV de Castilla y reales
del tesoro,32Se refiere a la inflación que empobreció a varios reyes, especialmente a Enrique IV que inició su reinado en la opulencia pero lentamente fue liquidando la reserva del tesoro real.
los jaeces y caballos
de su gente, y atavíos
tan sobrados,
¿dónde iremos a buscallos?33buscarlos
¿Qué fueron sino rocíos
de los prados?

20

Pues su hermano, el inocente34En estas coplas se hace mención a personajes que tuvieron muerte prematura y que contrastan con don Rodrigo Manrique. Se refiere aquí al hermanastro de Enrique IV, el príncipe don Alfonso, a quien los nobles, entre los que estaba don Rodrigo Manrique, proclamaron rey cuando éste contaba sólo con once años, de ahí el uso del adjetivo inocente.
que, en su vida, sucesor
se llamó,
¡qué corte tan excelente
tuvo y cuánto gran señor
que le siguió!
Mas, como fuese mortal,
metióle la muerte luego
en su fragua.
¡Oh, juicio divinal,
cuando más ardía el fuego
echaste agua!

21

Pues aquel gran Condestable,35Don Alvaro de Luna, Condestable de Castilla y Maestre de Santiago, cuyo desmesurado poder como privado de Juan II y su posterior caída, adquirieron carácter de paradigma. Fue decapitado en 1453 en Valladolid, y su cuerpo y cabeza fueron expuestos en la plaza mayor durante varios días.
maestre que conocimos
tan privado,
no cumple que de él se hable,
sino solo que lo vimos
degollado.
Sus infinitos tesoros
sus villas y sus lugares,
su mandar,
¿qué le fueron sino lloros?
¿Fuéronle sino pesares
al dejar?

22

Pues los otros dos hermanos,36Juan Pacheco, privado de Enrique IV y muerto en 1474, y don Pedro Girón, Maestre de Calatrava, muerto en 1466.
maestres tan prosperados
como reyes,
que a los grandes y medianos
trujeron tan sojuzgados
a sus leyes;
aquella prosperidad
que tan alto fue subida
y ensalzada,
¿qué fue sino claridad
que, estando más encendida,
fue amatada?37extinguida

23

Tantos duques excelentes,
tantos marqueses y condes,
y barones
como vimos tan potentes,
di, Muerte, ¿dó los escondes
y traspones?
Y las sus claras hazañas
que hicieron en las guerras
y en las paces,
cuando tú, cruda, te ensañas,
con tu fuerza las atierras38derribas
y deshaces.

24

Las huestes innumerables,
los pendones y estandartes
y banderas,
los castillos impugnables,
los muros y baluartes
y barreras,39fortificación a la manera de trinchera
la cava honda, chapada,
o cualquier otro reparo
¿qué aprovecha?
Que si tú vienes airada,
todo lo pasas de claro
con tu flecha.

25

Aquél de buenos abrigo,
amado por virtuoso
de la gente,
el maestre don Rodrigo
Manrique, tanto famoso
y tan valiente;
sus grandes hechos y claros
no cumple que los alabe
pues los vieron,
ni los quiero hacer caros,
pues el mundo todo sabe
cuáles fueron.

26

¡Qué amigo de sus amigos!
¡Qué señor para criados
y parientes!
¡Qué enemigo de enemigos!
¡Qué maestro de esforzados
y valientes!
¡Qué seso para discretos!
¡Qué gracia para donosos!
¡Qué razón!
¡Qué benigno a los sujetos,40sometidos
y a los bravos y dañosos,
un león!

27

En ventura, Octaviano;41Augusto (63 a.C.-14 d.C), emperador de Roma
Julio César,42(100-44 a.C.) célebre general romano en vencer
y batallar;
en la virtud, Africano;43Escipión Africano (234-183 a C), guerreó en España durante la segunda guerra púnica y fue vencedor de Aníbal en Zama.
Aníbal,44o Haníbal (247-183 a.C), famoso general cartaginés en el saber
y trabajar;
en la bondad, un Trajano;45(53-117 a.C), emperador romano nacido en Itálica (España)
Tito,46hijo de Vespasiano, emperador desde el 79 al 81 en liberalidad
con alegría;
en su brazo, Aureliano;47emperador romano, que reinó desde 270 a 276
Marco Atilio,48cónsul que intervino en las guerras púnicas y que en la tradición antigua se representa como arquetipo de lealtad inquebrantable a un juramento, pues, para no faltar a su palabra, regresó a Cartago y afrontó la muerte. en la verdad
que prometía.

28

Antonio Pió,49Antonino Pío, emperador romano, reinó entre 138 y 161. en clemencia;
Marco Aurelio,50el más virtuoso de los emperadores romanos, reinó de 161 a 180 en igualdad
del semblante;
Adriano,51emperador romano entre 117 y 138, hijo adoptivo y sucesor de Trajano, fomentó la industria, las letras y las artes. en elocuencia;
Teodosio,52Teodosio el Grande, emperador romano entre 379 y 395, aceleró el triunfo del cristianismo sobre los paganos. en humanidad
y buen talante;
Aurelio Alexandre53emperador romano fue,
en disciplina y rigor
de la guerra;
un Costantino,54Constantino el Grande (274-337), trasladó la capital del imperio a Bizancio y promovió el cristianismo como religión oficial. en la fe,
Camilo,55tribuno y dictador romano, muerto en 366 a. C. en el gran amor
de su tierra.

29

No dejó grandes tesoros,
ni alcanzó grandes riquezas
ni vajillas,
mas hizo guerra a los moros
ganando sus fortalezas
y sus villas.
Y en las lides que venció,
muchos moros y caballos
se perdieron,
y en este oficio ganó
las rentas y los vasallos
que le dieron.

30

Pues por su honra y estado,
en otros tiempos pasados,
¿cómo se hubo?56Probablemente se refiere a dos confiscaciones de bienes que don Rodrigo Manrique tuvo cuando se enfrentaba a Alvaro de Luna.
Quedando desamparado,
con hermanos y criados
se sostuvo.
Después que hechos famosos
hizo en esta dicha guerra
que hacía,
hizo tratos tan honrosos
que le dieron aun más tierra
que tenía.

31

Estas sus viejas historias
que con su brazo pintó
en juventud,
con otras nuevas victorias
ahora las renovó
en senectud.57Se refiere a los triunfos de Ocaña y Uclés que don Rodrigo tuvo en su vejez y poco antes de morir.
Por su gran habilidad,
por méritos y ancianía
bien gastada,
alcanzó la dignidad
de la gran caballería
de la Espada.58Don Rodrigo Manrique fue elegido Maestre de Santiago en 1474. La insignia de la Orden era una cruz roja en forma de espada.

32

Y sus villas y sus tierras,
ocupadas de tiranos
las halló,
más por cercos y por guerras,
y por fuerza de sus manos
las cobró.
Pues nuestro Rey natural,59Se refiere a Fernando el Católico.
si de las obras que obró
fue servido,
dígalo el de Portugal,
y en Castilla quien siguió
su partido.60Don Rodrigo Manrique había intervenido militarmente para impedir la ayuda de varios nobles a Alfonso V de Portugal cuando éste entró en Castilla para reclamar los derechos al trono de doña Juana, «la Beltraneja».

33

Después de puesta la vida
tantas veces por su ley
al tablero,
después de tan bien servida
la corona de su Rey
verdadero,
después de tanta hazaña
a que no puede bastar
cuenta cierta,
en la su villa de Ocaña
vino la Muerte a llamar
a su puerta

34

Habla la Muerte con el Maestre

diciendo: «Buen caballero,
dejad el mundo engañoso
y su halago,
vuestro corazón de acero
muestre su esfuerzo famoso
en este trago;
y pues de vida y salud
hiciste tan poca cuenta
por la fama,
esforzad vuestra virtud
para sufrir esta afruenta61afrenta
que os llama.

35

»No se os haga tan amarga
la batalla temerosa
que esperáis,
pues otra vida más larga
de fama tan gloriosa
acá dejáis.
Aunque esta vida de honor
tampoco no es eternal
ni verdadera,
mas con todo es muy mejor
que la otra temporal,
perecedera.

36

»El vivir que es perdurable
no se gana con estados
mundanales,
ni con vida deleitable
en que moran los pecados
infernales.
Mas los buenos religiosos
gánanlo con oraciones
y con lloros;
los caballeros famosos,
con trabajos y aflicciones
contra moros.

37

»Y pues vos, claro varón,
tanta sangre derramastes
de paganos,
esperad el galardón
que en este mundo ganastes
por las manos;
y con esta confianza,
y con la fe tan entera
que tenéis,
partid con buena esperanza,
que esta otra vida tercera
ganaréis».

38

Responde el Maestre

«No gastemos tiempo ya
en esta vida mezquina
por tal modo,
que mi voluntad está
conforme con la divina
para todo;
y consiento en mi morir
con voluntad placentera,
clara y pura,
que querer hombre vivir,
cuando Dios quiere que muera,
es locura.

39

Oración

«Tú, que por nuestra maldad
tomaste forma servil
y bajo nombre;
Tú, que a tu divinidad
juntaste cosa tan vil
como el hombre;
Tú, que tan grandes tormentos
sufriste sin resistencia
en tu persona;
no por mis merecimientos,
mas por tu sola clemencia
me perdona».62perdonas

40

Cabo

Así, con tal entender,
todos sentidos humanos
conservados,
cercado de su mujer,
y de hijos, y hermanos,
y criados,
dio el alma a quien gela63se la dio,
el cual la ponga en el cielo
en su gloria.
Y aunque la vida perdió,
nos dejó harto consuelo
su memoria.

Estos versos son muy conocidos y se encuentran en muchas ediciones. Un ejemplar asequible es la de Vicente Beltrán para la Real Academia Española