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La conquista de Valencia (pp. 365-69; secciones 53-63)

53. Después de salir con su ejército de Zaragoza, se dirigió rápidamente a Valencia. Mientras iba de camino le salió al encuentro un mensajero quien le refirió punto por punto y le dio a conocer que los bárbaros pueblos sarracenos habían llegado a la zona Este, la habían devastado cruelmente y que habían entrado en Valencia y la habían tomado.
  Rodrigo al oír esto, marchó rápidamente a la fortaleza de Yuballa y al punto púsole sitio. De no haber actuado con tanta rapidez, aquellos pueblos bárbaros hubieran ocupado toda la Hispania hasta Zaragoza y Lérida, y la hubiesen sometido totalmente.

54. Tomó en seguida la fortaleza de Yuballa después de un fuerte asedio. En el mismo lugar construyó y pobló una ciudad y la rodeó y protegió con fortificaciones y torres muy fuertes; para poblarla vinieron muchos de las ciudades de alrededor y se establecieron en ella.
  Los habitantes de Valencia, que habían escapado a la muerte, estaban sometidos a los bárbaros que se llaman almorávides, permanecían bajo su mandato y convivían con ellos.
  En el mes de julio, cuando es el tiempo de la siega, Rodrigo fijó su campamento junto a Valencia. Comenzó con los caballos… las mieses y destruyó las casas que estaban fuera del recinto. Cuando los habitantes de Valencia supieron esto, le enviaron legados pidiéndole y suplicándole que les fuera benévolo y permitiera a los almorávides vivir con ellos. Pero él les aseguró que de ningún modo atendería a sus ruegos, si no se separaban de los almorávides y los expulsaban de Valencia. Pero no quisieron hacerlo sino que se encerraron en la ciudad.

55. Aquél luchó contra un arrabal de Valencia que se llamaba Villanueva, hasta que lo tomó y lo despojó completamente de todas las riquezas y dinero que encontró. Después atacó y tomó otro arrabal de la ciudad que se llama Alcudia. Los hombres que vivían allí se entregaron y se sometieron enseguida a su dominio y a su mandato. El dejó a los vencidos vivir libres y en paz en sus casas y heredades con todos sus bienes.

56. Los otros habitantes de la ciudad de Valencia, cuando vieron esto, sintieron gran temor. Al punto expulsaron de la ciudad a los almorávides, según las condiciones impuestas por Rodrigo y se sometieron a su mandato. Rodrigo les permitió que permanecieran en Denia libresy tranquilos viviendo en paz.

57. Yusuf le había dirigido poco antes cartas ordenándole que de ningún modo osara entrar en tierras valencianas. Al escuchar esto, Rodrigo se indignó y encolerizado le despreció y se mofó de él con palabras llenas de ironía. Además envió misivas a todos los señores y gobernantes de Al-Andalus, publicando que por miedo a él no se atrevía Yusuf a pasar el mar y a socorrer Valencia. Cuando Yusuf tuvo noticia de ello, mandó que se congregara allí un inmenso e incalculable ejército y, por fin, lleno de ansiedad, ordenó que sin dilación atravesara el Estrecho.
  Entretanto Rodrigo habló así con palabras suaves a los habitantes de Valencia: «Hombres de Valencia, os daré gustoso plazo y tregua hasta el mes de agosto. Si entretanto viniera Yusuf a socorreros y me echara vencido de estas tierras y os librara de mi dominio, servidle y quedaos bajo su mandato. Pero si no puede hacer esto, servidme a mí y obedecedme».
  Estas palabras parecieron bien a todos los hombres de Valencia. En seguida enviaron cartas a Yusuf y a todos los gobernantes de Al-Andalus que estaban bajo su mandato, en las que pedían que vinieran con gran hueste a Valencia y les libraran de las manos de Rodrigo y de su señorío, diciéndoles que, si no querían hacer esto hasta el mes de agosto, supieran que permanecerían bajo el mandato de Rodrigo y le servirían en todo.
  Mientras tanto Rodrigo dejó Valencia libre y en paz, llegó a Peña Cadiella con su ejército y saqueó toda aquella tierra y la comarca circundante hasta Villena. Cogió muchos cautivos, abundantes despojos y gran cantidad de víveres que envió a Peña Cadiella; dejó allí copioso botín y entró en seguida en la región de Valencia.

58. Saliendo de allí, subió y llegó a tierras de Ibn Razin quien le había engañado en su tributo. Saqueó toda aquella región y ordenó que todas las vituallas que allí había encontrado, fueran enviadas a Yubalia. Mientras, él mismo regresó a Yubalia con gran botín.

59. Transcurrido el mes de agosto, los habitantes de Valencia tuvieron la seguridad de que el gran ejército almorávide de Yusuf venia en su auxilio para socorrerlos y liberarlos del señorío de Rodrigo. Inmediatamente rompieron los pactos hechos con Rodrigo y se declararon rebeldes y adversarios suyos, no guardando fidelidad a lo pactado. Al conocer esto, Rodrigo asedió Valencia de nuevo con todas sus energías y la atacó por todas partes con fuerte y encarnizado combate. Se sabe que la ciudad padeció una terrible y fuerte hambre.

60. Entretanto, la hueste almorávide se acercó a Valencia rápidamente para socorrerlos. Pero no atreviéndose a luchar con Rodrigo por miedo a él, atemorizados y aterrados, huyeron de noche en medio de la oscuridad y así, en desorden, volvieron a sus tierras.

61. Rodrigo atacó Valencia durante bastante tiempo por todas partes con más fuerza y vigor de lo acostumbrado y la tomó después de haberla asaltado valerosamente, y una vez tomada, enseguida la saqueó. Encontró en la ciudad, apropiándose de todo, muchas e innumerables riquezas, esto es: gran cantidad de oro y plata en abundancia sin número, brazaletes preciosos, gemas engastadas en oro, varios y diversos adornos y telas de seda recamadas de oro. Se hizo con tan gran y tan valioso tesoro en esta ciudad que él y todos los suyos se hicieron más ricos de lo que mis palabras podrían llegar a expresar.

62. Yusuf, rey de los almorávides, al oír que Valencia ya había sido tomada y saqueada por Rodrigo con impetuoso ataque, montó en terrible cólera y se entristeció sobremanera. Después de celebrar consejo con los suyos, nombró jefe de Al-Andalus a uno de su familia, hijo de su hermana, llamado Muhammad (b.Tasufin). Le envió con una gran hueste de infieles, almorávides y musulmanes de todo el Al-Andalus a asediar Valencia y llevar a Rodrigo ante él, cautivo y cargado de cadenas de hierro.
  Estos al llegar al lugar denominado del Cuarte, que está a cuatro millas de Valencia, plantaron allí su campamento. Toda la región que estaba alrededor, enseguida se dirigió a ellos con los alimentos, víveres y piensos necesarios; en parte les ofreció las vituallas y en parte se las vendió. Eran casi… mil caballeros y treinta mil infantes. Al ver Rodrigo tan grande e innumerable multitud que se dirigía a luchar contra él, no… se admiró.
  El inmenso ejército almorávide acampó y permaneció junto a Valencia diez días y otras tantas noches. Cada día rodeaba la ciudad, gritando y vociferando con muchos alaridos, haciendo enorme ruido, y asaeteaban frecuentemente las tiendas de Rodrigo y sus soldados y sus casas, apremiándoles mucho con el combate que era inminente. Rodrigo, con la fortaleza natural de su corazón, se confortaba a él mismo y a los suyos y los animaba valerosamente rogando con incesantes y devotas preces a Nuestro Señor Jesucristo que les diera el auxilio divino.
  Un día, mientras rodeaban los muros de la ciudad gritando, vociferando y luchando, según acostumbraban, y creían poder tomarla con sus fuerzas, Rodrigo, guerrero invencible, que confiaba con todo su ánimo en el Señor y en su clemencia, salió audaz y virilmente con los suyos bien armados, gritándoles y atemorizándoles con amenazas. Les atacó y después de entablar con ellos una gran batalla, venció con la ayuda de Dios a todos los almorávides.
  De tal manera con la ayuda de Dios, consiguió el triunfo y la victoria sobre ellos que, vencidos y retrocediendo, se dieron a la fuga. Muchos murieron a golpes de espada, otros fueron conducidos prisioneros al campamento de Rodrigo junto con sus mujeres y sus hijos. Tomaron todo su campamento y sus tiendas, en las que encontraron innumerables riquezas, oro, plata y telas preciosas, las despojaron por completo de todos los tesoros hallados allí. Rodrigo y todos los suyos se enriquecieron y se hicieron con mucho oro, plata, telas preciosísimas, caballos de combate, de posta y mulos, armas de diversas clases, abundantes víveres y tesoros inenarrables. Fue conseguida esta victoria en la era 1132 (año 1094).

63. Después de obtener este triunfo, tornó Rodrigo la fortaleza conocida por el nombre de Olocau en la que encontró el gran tesoro que perteneció al rey al-Qadir y que dividió con los suyos equitativamente. Después tomó la ciudad llamada Serra.

El texto completo de la traducción de la HR se puede consultar en el siguiente enlace de la Universidad de Sevilla: https://idus.us.es/bitstream/handle/11441/38410/0211-8998_n201_p339-375.pdf;jsessionid=C1052D789AA70129983699FD6E84807F?sequence=1