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Apolonio y el pescador (estrofas 121-143)

PENTAPOLIS. Encuentro con el pescador.

Estava en tal guisa1forma su ventura reptando,2recriminando a su destino
vertiendo de los ojos, su cuyta rencurando,3penas lamentando
vio hun omne bueno que andava pescando,
cabo de4junto a huna pinaça5un tipo de embarcación sus redes adobando.

El rey, con gran vergüença porque tan pobre era,
fue contra’l6hacia el pescador, sallóle a la carrera.7camino
—«Dios te salve», le dixo, luego de la primera.
El pescador le respuso de sabrosa manera.

—«Amigo, dixo el rey, tú lo puedes veyer,
pobre só e mesquino, non trayo nuyll aver.8ningún bien
Sí Dios te benediga, que te caya en placer9que te caiga en gusto
que entiendas mi cuyta e que la quieras saber.

Tal pobre qual tú veyes, desnudo e lazdrado,10lacerado
rey só de buen regno richo e ahondado,
de la ciudat de Tiro, do era mucho amado.
Diziénme Apolonio por nombre senyalado.

Bivía en mi reyno vicioso11con holgura e onrrado,
non sabía de cuyta, bivýa bien folgado,
teníame por torpe e por menoscabado
porque por muchas tierras non avía andado.

Fuy a Antiocha casamiento buscar;
non recabé12conseguí la duenya, óveme de tomar.
Si con esso fincase quito13quedase absuelto, libre en mío logar,
non avrié de mí fecho tal escarnio la mar.

Furtéme14hurtéme, alejéme de mis parientes e fize muy gran locura,
metíme en las naves con huna noche escura.
Ovyemos buenos vientos, guiónos la ventura,
arribamos en Tarsso, tierra dulce e segura.

Trobamos15hallamos, encontramos buenas gentes llenas de caridat,
fazién contra nós toda umilitat.
Quando dende nos partiemos, por dezirte verdat,
todos fazién gran duelo de toda voluntat.

Quando en la mar entramos, fazié tiempo pagado;16calmado
luego que fuemos dentro, el mar fue conturbado.
Quanto nunca17todo lo que traýa allá lo he dexado;
tal pobre qual tú veyes abez18apenas só escapado.

Mis vasallos, que eran comigo desterrados,
averes que traýa, tresoros tan granados,
palafrés19palafrenes e mulas, cavallos tan preciados;
todo lo he perdido por mis malos pecados.

Sábelo Dios del cielo que en esto non miento,
mas non muere el omne por gran aquexamiento
—si yo yogués’20estuviese con ellos avría gran plazimiento
sino quando viene el día del pasamiento.21de la muerte

Mas quando dios me quiso a esto aduzir,
que las limosnas aya sin grado a pedir,
ruégote que, si puedas ha buena fin venir,
que me des algún conseio por ó pueda bevir».

Calló el rey en esto e fabló el pescador;
recudiól’22le respondió como omne que havía d’ él grant dolor.
—«Rey, dixo el omne bueno, desto ssó sabidor:
en gran cuyta te veyes, non podriés en mayor.

El estado deste mundo siempre así andido,23anduvo
cada día sse camia,24cambia nunca quedo estido;25permanece
en toller26en quitar e en dar es todo su sentido,
vestir al despoiado27despojado e despoiar al vestido.

Los que las aventuras quisieron ensayar,
a las vezes perder, a las vezes ganar,
por muchas de maneras ovieron de pasar,
quequier que les abenga28sobrevenga anlo de endurar.29soportar

Nunqua sabrién los omnes qué eran aventuras
si non provassen pérdidas ho muchas majaduras;30castigos, amarguras
quando an passado por muelles31blandas e por duras,
después sse tornan maestros e cren las escripturas.

El que poder ovo de pobre te tornar
puédete, si quisiere, de pobreza sacar.
Non te querrían las fadas, rey, desmanparar;32desamparar
puedes, en poca d’ ora,33en poco tiempo todo tu bien cobrar.34recobrar

Pero tanto te ruego, sey oy mi conbidado;
de lo que yo hoviere servirte he de buen grado.
Un vestido he sólo, fflaco e muy delgado;
partirlo he contigo e tente por mí pagado».

Fendió35cortó su vestido luego con su espada,
dio al Rey el medio e levólo a su posada.
Diol’ qual cena pudo, non le ascondió nada,
avía meior cenada en alguna vegada.

Otro día manyana,36a la mañana siguiente quando fue levantado,37se levantó
gradeció al omne bueno mucho el ospedado.
Premetiól’ que si nunca38si alguna vez cobrasse su estado:
—«El servicio en duplo te será gualardonado.39remunerado, recompensado

Asme fecho, huéspet, grant piedat,
mas ruégote encara,40todavía por Dios e tu bondat,
quen41que me muestres la vía por hó42por dónde] vaya a la ciudat».
Respúsole el omne bueno de buena voluntat.

El pescador le dixo: —«Senyor, bien es que vayas,
algunos buenos omnes te darán de sus sayas.43túnicas, ropas
Si conseio44remedio non tomas qual tú menester ayas,
por quanto yo hovyere tú lazerio non ayas».

El benedito huéspet metiólo en la carrera,
demostróle la vía, ca bien acerqua hera,45que estaba muy cerca
llególo a la puerta que falló más primera,
posósse con vergüenza fuera a la carrera.